Y cuando no estás de vacaciones, ¿qué haces?
Hoy vamos a descubrir un nuevo parámetro de la vida social de la sociedad alta, de los high class, un tipo de famoso que no suele poblar demasiado la información rosa, pero que debe ser humillado de forma verdaderamente cruel.
Existe una franja social especialmente protegida y que vamos a destapar hoy en Fug And Busted, siempre a la vanguardia de las movidas. Una de esas protegidas que merecen ser arrastradas por los pelos a la opinión pública es una señora llamada Carmen Lomana. Antes de entrar en materia, mirémosle a los ojos:
Tampoco. Vaya, mala suerte tenemos. No conseguimos saber si lleva lentillas o qué hostias le pasa con las gafas.
Hasta el momento, la hemos identificado claramente: es una ricachona elitista. Sí, pero ella ha profundizado más en ese aspecto, ha tenido toda su puta vida para hacerlo, ya que es su oficio, ser rica. Y para no palmarla y que pase a la historia con su biografía en blanco, la sujeta se ha dedicado a coleccionar trajes de alta costura, para desgravar a Hacienda y para tener algo de qué hablar en sus aburridas fiestas de su puta casa de golf de Fuenterravía donde toman cocktails de champán y cenan pastel de berenjena.
Vamos a contar su rutina diaria:14:00h: llega agotadísima al portal de su casa, niega el saludo a su botones ascensorista utilizando sus gafas como escudo anti miseria y llega a casa, donde su jefe de cocina le ha preparado un exquisito menú que Carmen Lomana le sugirió al leer la sección de recetas del ¡Hola! (es lo único que lee).
15:00h: Carmen Lomana se toma su café, se sienta con su laptop a leer Fug And Busted.
16:30h: Enseguida vuelve a salir, porque esta noche tiene una fiesta y quiere probarse unos cosméticos nuevos que ha lanzado Shiseido. Por supuesto, con su suplente de Cuqui:
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